Sanidad Canaria

01/12/2020

En concreto, dicho implante se realizó en el espacio que se encuentra entre el corazón y la membrana que lo rodea, según informó la Consejería canaria de Sanidad del Gobierno regional en nota de prensa.

Para poder ejecutar la técnica pertinente participó la Unidad de Marcapasos, dependiente del servicio de Medicina Intensiva, así como el servicio de Cardiología del centro hospitalario y del Complejo Hospitalario Universitario Insular-Materno Infantil, además de los técnicos responsables del dispositivo.

Al respecto, los especialistas subrayan que los desfibriladores son dispositivos que tienen como función principal la detección y tratamiento de arritmias cardíacas malignas en pacientes con riesgo de muerte súbita. Estos desfibriladores tricamerales, además, estimulan el corazón en varios puntos para mejorar la función ventricular en pacientes con insuficiencia cardíaca.

 Sin embargo, durante la evolución de estos pacientes puede producirse una infección del dispositivo, tratándose de una de las complicaciones "más difíciles de manejar".

Por ello, los profesionales del servicio de Cirugía Cardíaca fueron los encargados de proceder a realizar la extracción del desfibrilador que se encontraba infectado, radicando la complejidad de este procedimiento en que, posteriormente, "resultaba imposible realizar el reimplante del nuevo dispositivo con las técnicas habituales".

De este modo, y tras una minuciosa valoración del equipo, se optó por realizar un implante total del sistema por la capa más externa del corazón, evitando implantar parte del sistema por vía intravascular (por el interior del corazón) para disminuir al máximo los riesgos de infección.

Al respecto, puntualizan que el implante de todo el sistema de resincronizacion cardíaca y desfibrilación en posición epicárdica es una situación que solo se había realizado con anterioridad en España "en pocas ocasiones y en casos muy especiales", ya que el diseño del electrodo utilizado para la desfibrilación solo tiene función endovascular, por lo que su sutura al corazón en posición epicárdica (extravascular) no aseguraba en un primer momento su funcionamiento óptimo.

Por ello, durante la preparación del procedimiento, fue necesario recolectar una "gran cantidad" de otros electrodos con diferentes configuraciones durante cuatro semanas desde distintos puntos de Europa, por si el diseño quirúrgico que había sido planteado el grupo de trabajo no fuera efectivo.

Finalmente, tras el implante y la comprobación de que todos los parámetros de medida eran los correctos, se indujo una fibrilación ventricular (parada cardíaca por ritmo ventricular caótico /tormenta arrítmica) a la que el nuevo dispositivo implantado respondió correctamente con unos parámetros mejores de los esperados durante la planificación del procedimiento.

Esta técnica realizada en el Hospital Dr. Negrín ha sido posible gracias al trabajo de un equipo multidisciplinar que resultó, subrayan, "fundamental para culminar con éxito la misma".

Por último, exponen que se abre la posibilidad del tratamiento definitivo a los pacientes con infección de un sistema de desfibrilación implantable, casos cada vez mas frecuentes en la población debido al aumento exponencial de implantes de estos dispositivos.

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